Del 1 al 5 de mayo de 2013 se llevó a cabo el XXV Encuentro Nacional en la hermosa región del eje cafetero, teniendo como sede el hotel Decamerón dentro del parque temático de Panaca, ubicado en cercanías de la población de Quimbaya en el Quindío. En esta ocasión le correspondió al club AAAA, Asociación Amigos Autos Antiguos, con sede en Cali y último club en unirse a la Federación.
El programa muy variado, aprovechando que éste era el primer encuentro que se hace de 5 días, y que logró tenernos a todos muy ocupados durante nuestra estadía, teniendo permanentemente actividades en la agenda para todos los gustos.
Aprovechando el miércoles festivo 1 de Mayo, se utilizó para que todos los participantes nos desplazáramos de nuestras ciudades de origen, principalmente Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga e Ibagué. Para quienes viajamos desde Bucaramanga, Ibagué y Bogotá, la idea era que tomáramos el paso de la Línea temprano, teniendo en cuenta que para nuestros carritos todavía es un deporte extremo el hacerlo, sobre todo si hay que agregarle el ingrediente de viajar a 10 kms. por hora detrás de 16 tractomulas y pretender que no se recaliente ni le hierva la gasolina. Una vez alcanzada la cima, el resto es “papita pal loro”, como se dice comúnmente, porque ya con el solo impulso llegamos a nuestro destino.
A la entrada del hotel todo preparado para nuestra llegada, con regalos y la adjudicación de las habitaciones, muy cómodas, espaciosas y con lindo paisaje. Como siempre, hay una hora pico en que la mayoría llega al tiempo y se forma la congestión normal para un evento que congregó a más de 190 vehículos y por consiguiente cerca de 500 personas. En estos momentos de congestión es donde empezamos a ver esas caras conocidas y que anhelábamos ver desde el último encuentro, para conversar de las últimas adquisiciones y de las aventuras del camino.
Ya en la noche con algo de lluvia, después de una deliciosa cena buffet, nos trasladamos a las instalaciones del Panaca donde Rodrigo Sarasti, nuestro anfitrión, nos presentó las personalidades civiles y de policía de la región y nos dio la bienvenida al encuentro adornando estas palabras con la presencia de una linda jinete en su caballo portando la bandera de Colombia. Enseguida, una a una las banderas bordadas de cada uno de los clubes federados, así como la de la Federación, las cuales al final del encuentro fueron obsequiadas como recuerdo del evento.
El parqueadero dispuesto para nosotros en los jardines del hotel era una postal preciosa con esa cantidad de carros adornando al paisaje. Claro que al otro día después de una larga noche de lluvia el parqueadero parecía una pista de barro apta solo para camperos, que nos hizo sufrir para sacar los carros de allí dejando ese lindo jardín convertido en un desastre.
Para este día se tenía dispuesta la carrera de observación por las vías de la región, actividad que inicialmente estaba preparada exclusivamente para la gente joven que asistiera al evento, pero que algunos no tan jóvenes pudieron colarse y participar en ella. En la tarde visita a Panaca para
disfrutar de los espectáculos con los perros entrenados y de las habilidades de los jinetes en sus hermosos caballos, incluyendo los caballos enanos. Para la noche, show de Carolina una chica que nos deleitó con toda clase de canciones, paseándose por toda clase de géneros musicales incluyendo baladas, boleros, rancheras o colombianas para dejarnos después en manos de los trovadores que se aprovecharon de cada uno de nosotros para burlarse y divertir a los demás con las barbaridades que decían. Después, a dormir para coger fuerzas para el día siguiente.
El viernes en la mañana la actividad principal se centraba en los piques que resultaron muy entretenidos y con la participación de personal del autódromo que dirigió las carreras. En la tarde visita al hermoso Parque del Café y en la noche, después de una deliciosa comida, fiesta con la amenizada por la orquesta de la policía y un excelente grupo vallenato.
Ya para el sábado, las actividades fueron un poco más reposadas, llevando a las señoras de compras a las artesanías de Quimbaya. En la tarde, el desfile central por las poblaciones vecinas y por Armenia. Muy bien organizado y contando siempre con la compañía de la policía de carreteras y la linda reina de Quimbaya que nos hizo muy agradable el circular. En la noche, después de otra deliciosa comida, vinieron los agradecimientos, la entrega de premios y entre ellos el “Fundadores” del Clac, que le fue otorgado de manera muy acertada al organizador del evento y presidente del Club AAAA, Rodrigo Sarasti.
Nuestro querido amigo Herman Gutiérrez también pisó varias veces la alfombra roja para recibir los premios que todos le quisiéramos dar por ser la persona carismática que es.
Al día siguiente, era justo que nos fuéramos de regresopara nuestras casas y dejáramos descansar a Rodrigo que no paró en ningún momento, pero que sabemos que cuando esa noche llegó a su casa, lo hizo con una sonrisa de oreja a oreja con la satisfacción del deber cumplido, pues todo le salió perfecto.
Los que veníamos para Bogotá nuevamente a remontar La Línea detrás de los camiones, que a mi modo de ver, fue más suave que el miércoles anterior.
Este evento se llevó varias nominaciones como son: la del encuentro más largo y la del más concurrido.
Un agradecimiento muy grande al club organizador y especialmente a su presidente, así como al hotel que nos acogió y a la bella región del Quindío.
Ahora esperar que pase este año para volvernos a encontrar, esta vez en Villa de Leyva en el XXVI encuentro que organizará el club Jarras de Bogotá.
Texto Julián Ramírez